domingo, 23 de junio de 2013

Pasteles de Boda Mexicanos (o Pasteles de Té Rusos)


Estas pequeñas bolitas elaboradas con harina de nueces y aromatizadas con vainilla, reciben muchos nombres, según el país donde se consuman: Pasteles de Boda Mexicanos, Pasteles de Té Rusos, Bolas de Azúcar Vienesas, Bolas de Nieve, etc. A pesar de llevar el nombre de "pasteles" su consistencia es más parecida a la de una galleta o un dulce seco (a los españoles nos recordarían a la consistencia de los roscos de vino navideños, por ejemplo).

El origen de este dulce no está muy claro, aunque algunos afirman que proviene de Rusia. Lo cierto es que en cada receta hay pequeñas variaciones (algunas usan nueces, otras pacanas, otras almendras...), pero el resultado es siempre el mismo: delicadas bolitas crujientes que se deshacen en la boca con un delicioso sabor a frutos secos.

Suelen prepararse en fechas Navideñas o para otras ocasiones relacionadas con ritos religiosos. En Rusia era habitual tomarlas con el té, de ahí esa versión del nombre. Nosotras, como nos gusta llevar la contraria, las preparamos para celebrar la llegada del verano. ¡Toma ya!



Ingredientes (para unas 3 docenas de pastelitos, dependiendo del tamaño):

  • 30 gr de nueces peladas
  • 115 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
  • 15 gr de azúcar glas (en este caso, puede valer casero)
  • 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
  • 130 gramos de harina de trigo
  • 1/8 de cucharadita de sal (si no tenéis cucharilla medidora de ese tamaño, lo que cojáis con la punta de los dedos)
  • Azúcar glas para decorar

Preparación

1. Precalentamos el horno a 175 ºC y, sobre una bandeja con papel sulfurizado colocado en el centro del horno, extendemos las nueces peladas y troceadas, dejando que se tuesten durante unos 8 minutos. Estarán listas cuando, al abrir el horno, desprendan un característico aroma a tostado. Las sacamos del horno y las dejamos enfriar por completo.

2.En una picadora (o robot de cocina con accesorio de picar) colocamos las nueces ya frías y dos cucharadas de la harina de la receta. Molemos hasta obtener un polvo fino, pero procurando que no se nos forme una pasta. Reservamos.

3. En un bol, batimos la mantequilla con el azúcar hasta obtener una pomada blanqueada y esponjosa (unos 2 minutos con batidora eléctrica). Añadimos el extracto de vainilla y mezclamos lo justo para que se incorpore.

4. Mezclamos y tamizamos la harina restante con la sal y la añadimos a la mezcla anterior, poco a poco, hasta que esté bien incorporado formando una masa blanda. Añadimos el polvo de nueces y mezclamos de nuevo.

5. En este punto, la masa es muy blanda para poder trabajarla, así que la tapamos con un film y la refrigeramos hasta que esté firme (1 hora aproximadamente).

6. Mientras esperamos, volvemos a poner a precalentar el horno, esta vez a 180 ºC. 

7. Cuando la masa esté lo bastante firme para poder trabajar con ella, la sacamos de la nevera y vamos formando bolitas de unos 2,5 cm de ancho que colocamos sobre una bandeja de horno con papel sulfurizado, dejando un margen de unos 5 cm entre una. 

8. Horneamos unos 12-15 minutos, en la parte central del horno, hasta que los bordes de las bolitas comiencen a tostarse. Sacamos la bandeja y dejamos enfriar 5 minutos. En este punto, las bolitas están muy blandas, así que dejadlas enfriar en la propia bandeja. De todas maneras, no hay que dejarlas enfriar del todo. Ahora veréis por qué.

9. Con las bolitas aún calientes (¡cuidado, no os queméis!), id pasándolas por azúcar glas que tendremos dispuesta en un plato o un bol. Hacedlo de una en una y con cuidado, porque son muy delicadas y podrían desmenuzarse. Se trata de rebozarlas bien en azúcar glas hasta que parezcan pequeñas bolas de nieve. Este paso es algo más que decorativo: la receta lleva muy poca azúcar, así que la mayor parte del dulzor se lo aportará el azúcar glas del rebozado.

10. Finalmente, dejar enfriar del todo en una rejilla. Si no se van a consumir todas el mismo día, se pueden guardar en un contenedor hermético, donde pueden conservarse durante varias semanas. 

Un consejo: De un día para otro, el azúcar glas puede ir perdiéndose, así que, antes de servirlas, es conveniente volver a pasarlas por azúcar glas para "reavivarlas" ;)

2 comentarios:

  1. Ummmm. Que buena pinta tienen... gracia as por compartir

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  2. que buena pinta, solo con ver lo que lleva ya se hace la boca agua

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