lunes, 8 de julio de 2013

Tie-Dye Cookies o cómo derrotar los malvados planes de una cocina a 40 grados

Para entender el por qué del subtítulo de esta receta, hay que aclarar tres hechos irrefutables:

1) En verano hace calor.
2) En Extremadura más.
3) En mi cocina, con el horno encendido, ni te cuento.

El caso es que yo quería hacer unas galletas arcoiris, algo parecido a esto, pero claro, una masa con base de mantequilla + temperaturas estivales de más de 35 grados no se llevan bien... Así mi intento de formar un arcoiris con aquella masa blanducha (ni metiéndola en la nevera, oiga) estaba abocado al fracaso.

Pero como ya tenía mi masa de colores preparada, me quedaban dos opciones: guardarla en la nevera y esperar al invierno (¡ja!) o mezclar todos los colores juntos y a ver qué pasaba.

Y pasó esto:
¿A que mola?



Para esta receta vamos a necesitar colorantes en gel de los buenos (por ejemplo, de Wilton) en los colores que más os gusten. Como mi idea original era hacer arcoiris, yo he usado: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta. 

Un truco para que los colores queden brillantes y el azul no tire a verdoso: aclarar la masa con colorante blanco (unas gotas son suficientes) antes de teñirla. También hay que evitar que las galletas se tuesten en el horno, para que no pierdan color ni se pongan marrones (le da un aspecto "sucio" a los colores).

Dicho esto, vamos con los ingredientes:

Ingredientes (para aproximadamente medio kilo de galletas)
  • 125 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
  • 150 gr de azúcar blanca
  • 1 huevo mediano o grande
  • 1/2 cucharadita de aroma de Esponjitas concentrado (o el que queráis).
  • 1/8 de cucharadita de sal (vamos, lo que nuestras madres llamarían "una pizca")
  • 250 gr de harina de trigo

Preparación de la masa

1. Batir la mantequilla, a mano o con batidora (accesorio de varillas) hasta obtener una pomada. Poco a poco, ir añadiendo el azúcar y seguir batiendo a velocidad media hasta que quede una crema homogénea.

2. Incorporar el huevo y mezclar a velocidad baja hasta que esté integrado. Añadir el aroma elegido y mezclar de nuevo unos segundos.

3. Tamizar la harina con la sal e ir incorporándola a la masa poco a poco, mezclando bien. Si usáis batidora eléctrica, a velocidad media-baja. Debemos obtener una masa elástica que no se pegue a los dedos ni a la mesa. Si está demasiado pegajosa, se puede corregir añadiendo un poco más de harina. Si es al contrario y está muy seca, con un poco de leche debería solucionarse.


Teñido de la masa

CONSEJO: A menos que hayáis utilizado una harina y una mantequilla especialmente blancas, la masa obtenida tendrá un típico color amarillento. A la hora de teñirla, esto suele suponer un problema según los colores empleados: con el rojo, amarillo, verde o naranja no hay problema; pero con el azul... ¡ay, el azul! Cuántas veces se nos habrá transformado en verde por culpa de masas demasiado amarillas...

Pues para evitar esto usamos el colorante blanco. Si no tenéis, pues no pasa nada, vuestros azules no serán tan azules, pero en este caso, tampoco importa demasiado ;)

1. Con nuestra bola de masa ya lista, añadimos unas gotas de colorante blanco. No es necesario que la masa quede completamente blanca, con que se matice un poco el tono amarillento será suficiente. Yo añadí 1/8 de cucharadita para toda la masa (1/2 kilo aproximadamente). Amasamos durante unos segundos para que el colorante se integre uniformemente por toda la masa.

2. Pesamos la bola de masa y dividimos en 6 partes iguales (o en el número de colores que vayáis a usar).

3. Teñimos cada bola de masa de un color. Con el colorante en gel hace falta muy poquita cantidad. Mis porciones pesaban unos 90 gramos cada una y usé poco menos de 1/8 de cucharadita de colorante para cada una. Si os parece demasiada cantidad, podéis usar el truco del palillo: mojamos un palillo en el colorante (¡ojo! coged uno nuevo de cada vez para evitar que caigan restos de masa en el bote de colorante) y vamos impregnándolo en la masa. Amasamos para repartir bien el color y repetimos la operación hasta obtener la intensidad deseada.


Formado y horneado de las galletas

1. Una vez que tengamos cada bola teñida del color deseado... ¡¡las mezclamos todas!! Bueno, bueno, un poco de calma. Tampoco hay que hacerlo a lo loco, porque los colores acabarán mezclándose y en lugar de un diseño tie-dye tendremos algo parecido a... bueno, ¿os acordáis cuando mezclábamos de pequeños todas las plastilinas de colores en una única y enooorme bola? Pues algo así :) No es agradable.

2. Lo que vamos a hacer es coger cada bola y estirarla hasta obtener un cilindro. No hace falta que sean perfectos, pero sí deben ser más o menos de la misma longitud si queréis que todas las galletas incluyan los mismos colores. Unimos todos los cilindros en uno solo y apretamos un poco con las manos para unirlos, ¡sin amasar!. Podemos hacer rodar nuestro cilindro multicolor sobre la mesa de trabajo para compactarlo, pero sin nada de harina, o no se unirá bien.

Como mis cilindros eran muy largos, los dividí en dos.

3. Envolvemos nuestro cilindro de masa en film y aprovechamos el mismo film para compactarlo un poquito más, como si fuera una salchicha. Lo metemos en la nevera al menos 1 hora para que la masa adquiera firmeza. Mientras tanto, precalentamos el horno a 180 ºC y preparamos un par de bandejas con papel vegetal. Si solo tenéis una, pues una :P

4. Una vez lista la masa, la sacamos de la nevera, retiramos el film con cuidado y vamos cortando rodajas de 1/2 cm de grosor que iremos colocando sobre la bandeja cubierta con papel vegetal.

5. Metemos la bandeja en la nevera unos 10-15 minutos para que las galletas adquieran firmeza y no se deformen al hornearse. Haced esto antes de hornear cada tanda.

5. Horneamos a 180 ºC durante 10 minutos, vigilando que no se tuesten para que los colores no se "ensucien", como dijimos antes.

CONSEJO: Mientras se hornea una tanda, podemos ir preparando la siguiente, si disponemos de bandejas extras. Si no, acordaos de dejar enfriar la bandeja antes de poner la siguiente tanda de galletas. Con un chorro de agua fría la tendremos lista en un santiamén.

6. Deshorneamos y dejamos enfriar las galletas en la bandeja unos 5 minutos antes de trasladarlas a una rejilla donde dejaremos que terminen de enfriarse por completo.

Y ahora ya sabéis cómo derrotar los malvados planes de una cocina a 40 grados. Bon apetit! ;)


2 comentarios:

  1. Muy bien explicado todo y muy buenos truquis. Gracias por compartir. Besitossss!!!

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  2. por esas fechas tambien estuve por extremadura, pero aqui en andalucia no nos quedamos cortos y muchas veces os superamos en calor a si que si que se lo que es cocinar con mucho calor y que no consigas los resultados deseados, pero lo importante es el sabor y tienen que estar riquisimas

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